miércoles, 27 de marzo de 2013

El Pabellón de España de 1937

El pabellón, obra de los arquitectos Lacasa y Sert, fue situado entre los edificios de la Rusia comunista y la Alemania nazi. Para el contenido del pabellón, el Gobierno de la República contó con la colaboración de los artistas españoles más importantes de su época, como Joan Miró, Julio González, Alberto Sánchez y, sobre todo, Pablo Picasso.


En 1931 se proclama la Segunda República española y las relaciones con Francia eran más que favorables. En 1935 se había firmado un acuerdo comercial y desde el Ministerio de Negocios Extranjeros Francés se reiteraba  la invitación a España para la exposición de París de 1937. Tras varias tramitaciones finalmente en 1936 se confirmó la concurrencia de España a la Exposición Internacional. Al siguiente de esta confirmación se produce en España el levantamiento militar y da comienzo la Guerra Civil Española.

Este acontecimiento dará lugar una serie de cambios en la primera concepción del pabellón español. Una vez se reanuda la actividad se centra la construcción en una idea, el pabellón tenía que reflejar con una coherencia integral el acontecer de la Guerra Civil Española. Los verdaderos artífices del contenido del pabellón fueron los Ministros de Propaganda e Industria Publica y la Dirección General de Bellas Artes, cuyo director era  Josep Renau. 


La realización del Pabellón Español vino dada gracias a los fondos que salieron desde el Ministerio de la Guerra, los cuales complementaron el gasto que la construcción de este pabellón supuso. Es importante destacar que tanto el País Vasco como Cataluña tenían su lugar propio dentro del pabellón, respondiendo así a las necesidades de identidad reclamado por sus gobiernos autónomos.

El pabellón se situó en una zona preferente dentro de la exposición en los jardines del Trocadero, al otro lado del Sena. El edificio que se construyó tenía la obligación de respetar los árboles de la parcela y contó con 14.000 metros cuadrados. Los arquitectos tuvieron que llevar a cabo la construcción adaptándose a las irregularidades y , las cuales eran considerables. La primera piedra se colocó el 27 de Febrero de 1937, pero la construcción como tal no comenzó hasta marzo. Esta construcción tenía que ser muy rápida y esto determino la utilización de los materiales y gran parte de la estética del resultado final. 
                              
El pabellón constaba de tres plantas, en primer lugar una planta baja abierta a la cual se accedía por una pequeña escalinata, en esta planta apoyaban los pilares metálicos que sustentaban las dos plantas rectangulares que estaban por encima; en segundo lugar una primera planta la cual estaba cerrada con un vidrio; y en tercer lugar la segunda planta, la cual se encontraba cerrada con fibrocemento.

La planta baja tenía un espacio cubierto el cual albergaba el Guernica, objeto de nuestro estudio, el cual se situaba en un extremo y justo enfrente de este había una vitrina dedicada a Federico García Lorca, el cual denunciaba el fusilamiento de agosto de 1936.  En este mismo espacio cubierto de esta planta se encontraba también la Fuente de mercurio de Alexander Calder, lo que llama la atención ya que se trataba de la única obra de un extranjero dentro del pabellón español. La parte descubierta de daba lugar a un auditorium  rematado con un pequeño escenario.


planta baja del Pabellón. 
Espacio en el que se expone el Guernica. 
Desde el extremo izquierdo del pabellón, y a través de una rampa curva de cuatro metros enlosada en cemento, se accedía a la segunda planta, la cual contaba con dos secciones, una permanente, fundamentalmente dedicada a escultura y pintura, y una sección renovable que permitía la rotación de pinturas, carteles y varios diseños.  En esta planta era donde destacaba el gran mural de Miró El campesino catalán en rebeldía, el cual en la actualidad se encuentra desaparecido. Además esta planta estaba dedicada, una parte al arte popular y otra a la actualidad española, la cual estaba mostrada a través de fotografías de la Guerra Civil y una serie de mapas. En este segundo piso era también donde País Vasco y Cataluña tenía su espacio propio donde exponían las obras de sus creadores más destacados.



Segunda Planta 


Miró terminando su obra para el pabellón.
El Campesino, Miró

En uno de los extremos de la segunda planta arrancaba una escalera que se convertía en el único acceso para acceder a la primera planta, por lo que los visitantes tenían la obligación de subir a la segunda planta para poder acceder a la primera, con muros de cristal, así se aseguraban que las piezas expuestas en la planta dos iban a ser vistas.


Esta primera planta estaba dedicada íntegramente a la documentación gráfica, estadística y fotográfica. Se trataron temas como las Misiones Pedagógicas a través del museo, el teatro de La Barraca, las bibliotecas  o los equipos fotográficos y radiofónicos ambulantes; la Ciudad Universitaria de Madrid, las minas de Almadén, la Reforma Agraria de 1932  y todos los logros sobre educación y economía desde 1931 a 1937. Todo ello se presentaba en paneles móviles de madera, lo que permitía que los contenidos se pudieran ir renovando y actualizando en función del desarrollo de la guerra. Dos de los paneles más importantes fueron por un lado el de la destrucción y el bombardeo de la villa de Guernica y el otro relacionado con la protección del tesoro artístico.

Panel del bombardeo y destrucción del Guernica. 
Panel del traslado del tesoro Artístico.

El espacio que rodeaba al edifico contenía obras de arte del más alto nivel, como fue por ejemplo del caso de Montserrat de Julio González, cabeza de mujer de Picasso, y la impactante escultura de Alberto Sánchez,  el pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella, obra de la cual hay una copia en la entrada del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

                       
                                                                            
                                                                       " La Monserrat" de José González
                          
                                                                  
                                                                 " Cabeza de mujer", Pablo Picasso

El pueblo español tiene un camino que conduce a  una estrella. Alberto Sánchez 
El pueblo español tiene un camino que conduce a  una estrella
copia Museo Reina 
Sofía

El Pabellón Español se convirtió poco a poco en un museo de arte contemporáneo comprometido, gracias a los artistas que tomaron conciencia de lo que estaba ocurriendo en aquel momento en España con la Guerra Civil.


Finalmente después de cinco meses de trabajo el pabellón se inauguró oficialmente el 12 de julio de 1937, con retraso. El presidente francés Albert Lebrun fue el encargado de inaugurar la Exposición. La celebración de la inauguración del acto contó con la participación de responsables tanto de la administración española como de la francesa. 


Para saber más:
- MARTÍN, F., El pabellón español en la exposición Universal de París de 1937, Sevilla: publicaciones de la universidad de Sevilla, 1982




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